Educación y Derechos Humanos

   
Las raíces filosóficas del pensamiento nos sitúan en el origen mismo de nuestra condición humana."Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada", rótulo a la entrada de la Alcazaba de la Alhambra.
Pero en el frontispicio de la vida no hay frase que nos recuerde por qué somos humanos, por qué la evolución no nos apartó al sueño que los animales disfrutan libres de cualquier "sueño", proyecto, responsabilidad o valores alcanzados a lo largo de todo nuestro proceso cognitivo.
Es que nadie nos ha enseñado, no tenemos opción a conocer los rasgos evolutivos que hace 150.000 años nos marcaron diferentes a los animales. Y poco les importa a los llamados 'responsables' de la educación única.
Así se entiende que surjan viejas opciones políticas dirigidas a orientar y planificar nuestras vidas. Son las que dicen que es necesario el cambio, el que ellos deciden, sin contar con la cultura que el hombre ha desarrollado en su mundo, sus costumbres, sus maneras de entender la cooperación entre individuos.
Desde nuestro nacimiento, incluso antes, el hombre porta los derechos que le definen:
1.- Derecho a la vida, nadie puede arrebatarla.
2.- Derecho a la seguridad, a defendernos de la agresión, del maltrato, a ser respetados por los demás.
3.- Derecho a la libertad de pensamiento, religiosa, a cooperar con el otro por nuestro mutuo interés.
4.- Derecho a la propiedad que conseguimos con nuestro esfuerzo y trabajo.
Estos derechos son recíprocos, así que yo no tengo el derecho a inmiscuirme en los de los demás.A partir de aquí, surgen organizaciones para la defensa de nuestros derechos, para garantizar que todos podamos vivirlos sin riesgos. Se crean normas de conducta según las costumbres y LEYES de obligado cumplimiento y para castigo del que no cumple.
Esas organizaciones humanas, en ocasiones se han convertido en Estados que en el exceso y abuso de celo paternalista, se transforman en organizaciones opresoras contra la libertad de los individuos y para beneficio de grupos interesados en mantener un sistema imperfecto y corrupto.
Y ahí empieza la tiranía, el poder de uno, o la oligarquía, el poder de esos grupos.
Todos tenemos derecho a pensar y decidir, y es respetable. Pero la formación neutra y objetiva de la escuela es imperativa. Luego, el interés, la lectura, el debate completarán nuestra educación.

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