Meriendas sin companatge, el huerto en casa y dieta mediterránea. Memorias de mi enfancia
El calor de un fuerte día de verano antes no existía, mejor dicho, yo no lo sentía. Recuerdo que de pequeño en pleno verano frecuentemente salía con amigos a jugar por el campo a mitad tarde o acompañaba al labrador de casa en los quehaceres agrícolas del calor: labrar, limpiar acequias, arreglar caminos sombreados, despuntar viñas. Entonces, como ahora, los niños merendábamos en hora avanzada porque algunos dias no habían otros alimentos para cenar. Reconozco que no era mi caso, pues en casa nunca nos faltó la comida. La merienda era siempre bien venida, mientras comíamos nos encontramos con otros amigos cuando estábamos en el pueblo y organizamos nuevos juegos y partidas o salidas a otros barrios incluso al campo. Voy a hablarles de la merienda, del pá en companatge que nuestras madres nos preparaban. El alimento común que acompañaba el pan solía ser el aceite de oliva y es que aunque el alimento escaseaba a nuestros padres no les faltaba el secá y algunas oliveras para obtener a