Festeros de antes, memoria y espíritu de hoy
Las fiestas de Moros y Cristianos son entrañables. Llevan la memoria de generaciones cuyos acontecimientos nos transmitieron, sin proponérselo, amigos y familiares. De cada uno de ellos recordado se puede hacer un relato, una historieta de las que ni se agrandan ni se transforman. Aquí quede constancia de una de ellas para que otros den fé con su memoria. Muchos de los sucesos recordados con cariño parten de una improvisación, un quedar en torno a unos músicos con otros amigos y dejarse llevar en la mesa de cualquier bar contando bromas, anécdotas y desfilando al son de pasodobles y marchas. Pues transcurrían los años de gloria y asueto de mi perecedera juventud cuando fuí invitado a una de esas reuniones después de la Entrada de Músicas, todavía viernes por la mañana, en Ca Rejol, frente al ayuntamiento, bajo la porchada que ocupaba junto al Bar Ideal. Eran sus patrocinadores Rafael Revert y Perfecto García y acudían personas de relevancia festera y diferentes estatus sociales,