TRIGALES, CORNEZUELO Y ALUCINACIONES POLÍTICAS
No sé si conocen las sensaciones que produce caminar sobre un trigal en primavera , primero paseando, brazos a la altura de la cadera acariciando los bigotes de las espigas, luego trotando para sentir sobre la piel la dulce caricia de la brisa húmeda que emana de sus tallos. Es un gozo solo perceptible por el roce sobre manos, brazos y cara que altera el umbral de sensibilidad sobre la epidermis. Es un paseo excitante , yo diría que en ocasiones alucinógeno, perturbador, cuando salía de paseo en el campo y me sumergía por campos de cereales, tan frecuentes entonces. Algunas veces me hacía despertar del letargo la aparición de manchas negras que se extendían en círculos y desprendían un polvillo que tiznaba , era el cornezuelo que aparecía en campos de límpida apariencia pero de toxicidad singular. Pues esta mañana me he paseado por la prensa on line cuando la noticia que enlazo me recuerda mis paseos de juventud por espacios placenteros en apariencia pero que llegaban