PARA AMORES, LAS ONGs

     
De amores y desventuras está cargado el granero de los avatares de nuestras vidas, sin embargo no deben creer que amores verdaderos no solo los hay en lo referente a ese sentimiento íntimo de aproximación al otro, de desvelo y de perder el sentido hasta pretender la muerte, pues de otras situaciones extraemos consecuencias que bien las podemos descubrir como compromisos conducentes a comprometer nuestra estabilidad psíquica y desmantelar nuestra credibilidad hacia nuestros convecinos.
     Dicha tan larga parrafada sería oportuno que tú, lector, me preguntaras ¿a qué viene eso? pues fácil es descubrir que de amores todos entendemos por nuestra más o menos longeva experiencia, como de fracasos amorosos, desasosiegos y penas. 
     Pues señor érase que se era en el centro de la era, una voz que se oía allá por los principios de la última legislatura municipal mientras era impresa en nuestra prensa local, donde un joven ataviado de concejal recién investido proclamaba con lágrimas la cándida emoción del imberbe político ascendido al altar de sus vanidades. Estiró el cuello levantando el mentón, metió el ombligo hacia las lumbares, apretó los glúteos y con voz engolada nos dijo que todos deberíamos pasar por ser elegidos para sentir las sensaciones que deparaba la necesidad de los afligidos de su ciudad de acogida o de origen, que para el caso es lo mismo. Y qué sensaciones descubrió nuestro ínclito concejal?, pues vaya usted a saber, pero se emocionaba no sé si de ver con ojos de ONG o desde la turbidez que depara la vista en la distancia, la miopía o sea.
     Los sentimientos no son buenos compañeros de viaje para ejecutar desde el amor como desde el odio o la envidia o cualquier otra sensación que emana de las entrañas; empañan la razón, el conocimiento para discernir; los sentimientos traban nuestros pensamientos y las decisiones que del ovillo surgen son parciales, dirigidas al que el mandatario cree que es inferior a los demás. Eso no es la gestión política, es preferible comprometerse con una ONG y ayudar al necesitado, so pena que estos personajes de nuestra desvencijada alcurnia pública crean que han convertido los ayuntamientos en ONGs.
     ONG es organización para la ayuda al necesitado, practicar la caridad, la solidaridad. Son el sustrato para hacer crecer los sentimientos nobles individuales.
     La política es terreno del servicio público, para toda la sociedad que abarca, de la gestión pública, igual para todos y abstracta en su ejecución, es decir, hacer el bien sin mirar a quien. 
     Aberraciones sentimentales que se han convertido en normas administrativas llenan edictos, bandos y propaganda. Véase la polémica que se inicia desde el mal llamado sufrimiento animal y los decretos que surgen para aplacar a unos y malhumorar a los demás.
     Dejemos pues los sentimientos para el corazón y el conocimiento en la razón.

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