La libertad en peligro

 

Con un par ...

  ¿Conocen el origen de la palabra insecticida? De insecto o bichos con cabeza, tórax y abdomen (no todos pican ni chupan sangre), y "cida", el que mata, o sea, el que mata insectos. Deducirán con facilidad el significado de la palabra LIBERTICIDA.

Quiénes pueden llegar a tal mamarracha distinción? Algunos, del género humano, no todos. Por ejemplo los que privan de la vida ajena, los que nos retienen contra nuestra voluntad, los que nos quitan lo que es nuestro,los que nos prohiben tomar decisiones, los que amenazan. Todas estas acciones están castigadas por el código penal.

Y quiénes son capaces de ejercitar esas fechorías. Fácil, los asesinos, los ladrones, los grupos organizados para hacer el mal (que todos sabemos distinguir de los organizados para hacer el bien) y... los políticos, no todos, solo algunos. Los primeros van a la cárcel tras sentencia judicial. Pero los políticos que infringen el código de la libertad...! ¡Ay!

Rafael Climent, Conseller de Economía de la masilla Compromís, en consecuencia, político de los de ahora, quiere transformar el territorio para que el consumidor elija y compre, no donde le convenga, si no donde el político decide. Dará permisos a quién él elija, creará zonas de saturación comercial cuando crea que ya no caben más, prohibirá instalar negocios según dicte su instinto (máxima evolución cerebral concentrada en el raquis), o sea, su asiento.

Muro de Alcoy lo tuvo expuesto durante 8 años en la alcaldía para que otros se fijaran en él y sacarlo de la Plana. Y acertaron, se libraron de él... a costa de tener que soportarlo todos los valencianos.

Climent es liberticida, uno de tantos, es como dios o eso cree: hace, construye, imagina y ejecuta a su imagen y semejanza, contra los legítimos deseos de todos los humanos que buscamos nuestra felicidad y la de los demás.

Puig, por favor, cámbialo pronto, expulsa de la común dignidad valenciana, nuestro Consell, a este maltratador de la condición humana.