Festeros no acierta, el Alcalde tampoco
No logro entender el desajustado balance provocado en la Sociedad de Festeros por el grupo de dimisionarios.
Otros asuntos no festeros nunca deben ser motivo de discusión puesto que no les incumbe.
Si hubo intromisión por parte del Presidente, el acuerdo debió ser validado por la Junta en reunión urgente y el acta dar sentido a la decisión que se tomara.
No ha habido procedimiento legal convincente, por tanto la decisión de los dimisionarios se puede identificar con una rabieta en el patio del colegio, de niños en edad escolar.
El certificado de escolaridad lo dio el Alcalde con su discurso, como el maestro pone en evidencia al alumno ante sus compañeros: en un plis-plas le soltó al Presidente legal una regañina ante sus validos que puso en pié a los asistentes, dando por seguro que la puerta de la dimisión se ha abierto.
No sería lo más grave si no fuera porque los festeros con el apoyo del Alcalde dan carta de naturaleza a alguna otra posibilidad que no sea estatutaria. Si las dimisiones han decantado la opinión de los socios a favor de los dimisionarios, el Alcalde ha dado naturaleza política al ponerse de parte de estos.
La igualdad de todos los socios se basa en el estricto cumplimiento de los estatutos. La veracidad de los acuerdos se toman en el seno de las instituciones festeras y se refrendan en las actas.
No me cabe en la cabeza que el presidente de otra organización social esté de parte de un sector de los festeros como ha hecho nuestro máximo mandatario.
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