Musetta ya desafió a Rodolfo en La Boheme
Desde luego que la sociedad, sus componentes individuales, ha evolucionado hacia más independencia, más voluntarismo, más improvisación, pero también a costa de menos reflexión, o eso creo yo.
Las decisiones de un político repercuten para bien y para mal en diferentes personas, jamás son aceptadas por todos o rechazadas. Los alumnos premiados niegan, desafiantes, el saludo al Ministro de Educación y algunos pavonean por eso. Hasta aquí, el libre albedrío. Pero estos premiados olvidan que el sistema educativo que el Ministro preside es el que ha conocido el mérito del alumno, por eso tambien debian ser agradecidos, precisamente cuando la LOMCE reconoce la meritocracia como mejor sistema de promoción para facilitar el ingreso en otros centros de prestigio o ser buscados por empresas de postín o menos.
Estar en desacuerdo con las ideas y creencias del otro no impide el buen trato y la relación entre ambos, pues es ejemplar la buena educación entre discrepantes. Pero no lo han creido así los alumnos galardonados. Respeto y critico.
Un despecho por celos como el vals de Musetta, en La Boheme de Puccini. Al menos tiene pellizco.
Las decisiones de un político repercuten para bien y para mal en diferentes personas, jamás son aceptadas por todos o rechazadas. Los alumnos premiados niegan, desafiantes, el saludo al Ministro de Educación y algunos pavonean por eso. Hasta aquí, el libre albedrío. Pero estos premiados olvidan que el sistema educativo que el Ministro preside es el que ha conocido el mérito del alumno, por eso tambien debian ser agradecidos, precisamente cuando la LOMCE reconoce la meritocracia como mejor sistema de promoción para facilitar el ingreso en otros centros de prestigio o ser buscados por empresas de postín o menos.
Estar en desacuerdo con las ideas y creencias del otro no impide el buen trato y la relación entre ambos, pues es ejemplar la buena educación entre discrepantes. Pero no lo han creido así los alumnos galardonados. Respeto y critico.
Un despecho por celos como el vals de Musetta, en La Boheme de Puccini. Al menos tiene pellizco.
Cuando voy solita por la calle,
la gente se para y mira, y mi belleza todos admiran
de la cabeza a los pies...
Y saboreo, entonces, ese anhelo
sutil que en sus ojos brillan
y la suave evidencia de mostrar
la oculta belleza.
Así, el efluvio del deseo, toda me envuelve,
y me siento feliz, liviana y feliz!...
Y tú, que conoces, que recuerdas y te abrasas
¿tanto huyes de mi?
Bien lo sé: tu angustia no voy a desvelar,
¡pero te sientes morir!
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