El atribulado caso de doña Violencia de Estado

     He mantenido y mantengo que el Estado es el único sujeto que practica la violencia respaldado por sus patrocinadores los políticos de (casi) toda índole y estirpe.

     Toda la propaganda con la que Hacienda oprime al pueblo diciendo que "hacienda somos todos" no es más que una treta dialéctica, una malintencionada utilización del lenguaje para confundir ante la descomunal magnitud que ha tomado ese ministerio.

     Pero vayamos al grano. Sucede que todos los trabajadores y autónomos cotizamos a la Seguridad Social para crear el fondo de pensiones con el cual retirarnos sin demasiados sufrimientos económicos.

     Habitualmente el tiempo libre en edad de trabajar, se aprovecha para desarrollar actividades lúdicas con las que relajar del trabajo el estres y la fatiga. Muchos hacen deporte, otros escriben o pintan, algunos estudian, etc. Llega la jubilación y el tiempo de ocio ocupa casi todo el día. Entonces, en plena madurez es cuando nos encontramos en condición de concluir lo que como aficionados empezamos.

     Cuánta gente ha publicado una novela o un ensayo en la época de madurez intelectual. 

     Durante el final del mandato de Zapatero, un decreto-ley prohibió que un perceptor de pensión no podía tener ingresos de una actividad económica, amenazando con que debía devolver a las arcas públicas toda la pensión recibida, incluidos escritores, artesanos y artistas. 

     Lo que era normal, el Estado lo convirtió en ilegal. Hemos cotizado para asegurar el retiro mediante un contrato que el Estado nos ha obligado a aceptar, no nos regala nada, es nuestro dinero y el Estado tiene la obligación de devolverlo mes a mes.

     Hacienda y sus inspecciones han logrado dejar en la indigencia a un puñado de estos autores. 

     Así las cosas, no debe extrañar que cada vez sea más corriente abrir cuentas y realizar la actividad en sociedades offshore de países con mayor libertad económica, porque nuestro Estado, lejos de cesar, oprime y oprime y oprime... y ahoga. El Estado aprieta y nos violenta bajo la amenaza de la ley.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Recuerdo del accidente ferroviario en Ontinyent

EL PODER CONTRA EL DEBER

Chapas y Bicicletas