Camaleónica aparición antitaurina de Compromís y EU


"Els tres grups que hem donat suport al Govern d’Ontinyent manteníem una postura clara al respecte. El Bou de la Puríssima és una tradició, amb la qual podem estar d’acord o en desacord, però vam acordar no qüestionar la seua continuïtat. Ara bé, tots tres grups vam manifestar per activa i per passiva que l’Ajuntament no autoritzaria cap altra festa de bous a Ontinyent", afirmen. "El mateix alcalde va manifestar i desautoritzar reiteradament les peticions de fer festa de bous a les últimes festes de Sant Rafel, amb arguments que continuen plenament vigents. Que no s'autoritzaria cap altre bou fora de les festes de la Puríssima, d’igual manera que no autoritzarem cap altra entrada de Moros i Cristians”. (EU y Compromís per Ontinyent)

«El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo» Federico García Lorca

El abismo entre los dos comentarios que apunto en torno a la fiesta popular más extendida en España no tiene posibilidad de ser puenteado, sin embargo convivimos con ellos y otras opiniones al uso.

Nótese que mientras el poeta hace referencia a los sentimientos que suscita el toreo, desaprovechados por generaciones para demostrar su intangible belleza, los representantes políticos, erigidos como voceros morales de su peculiar pensamiento, muestran su rechazo a la fiesta y advierten que, si gobiernan, solo permitirán el bou de la Puríssima y la Entrada de Moros y Cristianos. (Pero qué nos hemos creído los indomables aficionados).

En realidad yo creo que su rechazo al toro de lidia existe en la medida que la fiesta está íntimamente ligada a su españolidad. Es decir, desprecian la tauromaquia porque entra en la historia cosida a España, a su cultura y a sus costumbres.

Más de 3000 años de recorrido lleva la fiesta de los toros en la Península, nadie duda de su trascendente impronta en nuestra cultura. ¿Basta que los antitaurinos se instalen en el poder para destruir pautas de conducta tan ancestrales como es el bou al carrer? 


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