Plan Ractiva, para que les voten mejor


Me gustaría conocer cuánto dinero se ha gastado nuestro ayuntamiento en los últimos 10 años en la "promoción de la actividad económica", me gustaría que todo el pueblo conociera ese dato. Pasados esos años, de momento podemos concluir que ese gasto, inversión para algunos inconsistentes, solo ha servido para empobrecer a una ciudad tendente al más absoluto tedio desde que los orientales decidieron tocarnos las pelotas.

Si al menos las políticas de subsidio, creo que todas fracasadas, sirvieran para rectificar, los políticos en acción no volverían a tropezar de nuevo en la misma piedra. Pero, ¡qué va!, siguen haciendo guiños a su ego y satisfacen su altruismo con el dinero de los demás, que no con el suyo, para decirnos que ahí están ellos para gloria de la reelección.

Vean y lean si tienen tiempo esta noticia: nuestro ayuntamiento bonificará con el 95% el IBI de naves industriales alquiladas por empresas, destinará 62.000 € a la recuperación del tejido industrial y dotará de 635.000 € para ayudas a emprendedores, la industria y nuevos talentos.

La táctica es la de costumbre: tomo dinero de impuestos del tejido productivo actual y ayudo al que yo creo que es capaz. Los empresarios arriesgan su dinero y patrimonio, los talentos son contratados y las industrias son complejas estructuras surgidas de la cooperación entre personas. ¿cuáles son los criterios para seleccionar a los agraciados, quién es el arrogante que se atreve a conceder privilegios a unos y a otros los abandona? ¿Con qué criterios de mercado un político concede a unos y desprecia a otros?

Ese es el capitalismo de Estado, el que concede a unos contra los otros, el que esquilma al asalariado y al empresario para ceder capital al elegido, el que distorsiona el mercado manipulando los precios, el que secuestra la libertad para beneficio de los escogidos.

Sería muy bueno para los ontinyentins que conociéramos el gasto de ese periodo de 10 años en promoción económica para decidir si merece la pena seguir gastando. Y si además reconocieran los errores del subsidio quizás comenzaríamos el largo ascenso de una recuperación propensa al gasto y al ahorro.

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