Leviatán contra la libertad
Leyendo las impresiones que muchos vecinos hacen de la
actual crisis económica, distingo las más de las veces una tendencia considerable
a dejar escrito sus sensaciones o sentimientos más que analizar algún aspecto
de la crisis.
No soy adivino, tampoco quiero ser agorero. Digo esto porque
la tendencia bastante extendida es la de pronosticar y no para el bien de
nuestro futuro. Me dedicaré a resaltar dos aspectos de la tentación mayoritaria
en denigrar lo que ellos creen como origen y perpetuación del mal: el
calificativo liberal y el Estado como remedio del mal.
La palabra más rechazada y odiada a tenor del sentido que se
da al contexto es la de liberal o neoliberal, hasta el punto que es utilizada
para calificar despectivamente, o sea, descalificar. Todo lo que es malo para
mis vecinos disconformes es liberal o está hecho por liberales, como bajar los
salarios, recortar el gasto, comprar deuda pública con elevados intereses, liberalizar
los horarios comerciales, etc., y concluyen que lo bueno es lo contrario de lo
que hacen los liberales. Que Standar and Poor’s nos baja la calificación, que
suban los intereses de la deuda pública o que los bancos no nos presten dinero,
se debe a los neoliberales que gobierna Europa o a las actitudes neoliberales
del gobierno español.
Pero lo cierto es que en España, que yo sepa, no gobierna un
partido liberal desde los tiempos de Sagasta y el Conde Romanones a quién
lanzar los avispados dardos de culpabilidad. En Europa, si no recuerdo mal, los
partidos denominados liberales apoyan los gobiernos de Gran Bretaña, que no
está en la eurozona, y Alemania cuyo ministro de Economía (liberal) mantiene un
pulso con la primer ministro Angela Merkel sin que consiga sacarle de su tozuda
actitud de salvar a Grecia de la quiebra. Otros partidos se llaman liberales
aunque adoptan una acción política de hacer un Estado cada vez más grande,
igual que los partidos conservadores y socialdemócratas, no digamos de los
comunistas. Por parte de los críticos del liberalismo yo prefiero una
explicación a su actitud tan negativa en contra de la libertad.
En segundo lugar, estos mismos críticos abogan por la
presencia del monstruo Leviatán o poder absoluto que rija los destinos del
estado a su libre criterio, que ordene cómo hay que resolver una crisis, que
haga desaparecer todas las instituciones que el hombre libremente ha creado
para imponer su unilateral visión y solución, sin importar que sea la
equivocada. Sería mucho más fácil mirar en rededor para darse cuenta que día a
día Leviatán se hace más presente en las
decisiones que tienen mucho que ver en el discurrir de la economía, tanto la
doméstica como la macro, imponiendo unos tipos de interés contrarios al libre
comercio, tasas a la libre circulación de capitales, persecuciones a la honrada
ganancia, imposiciones a la libre demanda, sin embargo aquello que debió evitar
– que los bancos dejaran dinero muy por encima de sus posibilidades- el Banco
de España y otros bancos centrales permitieron la expansión del crédito con las
consecuencias que hoy casi todos estamos sufriendo.
Nunca en Europa ha gobernado un partido liberal, ni siquiera
a tenor de lo visto en los últimos 50 años. Sí ha habido actitudes más o menos
liberales en las decisiones tomadas por gobiernos conservadores, incluso
socialistas (Tony Blair en Gran Bretaña o Felipe González en España), pero en
términos absolutos la presencia del Estado en la vida de las personas, en
mermar la libertad de elegir, en la toma de decisiones de familias y empresas,
se ha hecho legislatura tras legislatura más evidente debido al insaciable
apetito por gobernar legislando y decretando a cambio de perder cada vez un
poco más de nuestra libertad individual.
No hay que buscar un significado específico a la palabra
liberal. Su sentido etimológico es la libertad. No se entiende que sea la
libertad la causa de todos los males económicos. Tampoco que se culpe al
mercado como el monstruo conspirador en contra de la felicidad y el bienestar
de los demás perpetrado por los ogros mercantilistas. Quien así piense
interpreta la comunicación, el trato, el acuerdo o el intercambio como cuestión
maléfica para el progreso y la felicidad del individuo, porque mercado no es el
lugar donde los necesitados compran y los vendedores se enriquecen a costa de
aquellos, no, el mercado es acción, es cooperación y es entendimiento entre dos
partes para mutuo beneficio.
Excelente reflexion, señor Rafa, los terminos mercado y democracia mucha gente los confunden, sobre todo lo que hay que tener claro es que la democracia es un logro de todo los hombre libres y como usted dijo en una ocasion reciente, aqui el hombre abarca todo ser humano.
ResponderEliminarOjala pudieramos trasladar esas reflexiones a algunas paises arabes, que muchas veces utilizan terminos como liberales, democracia etc.. sin ningun contenido.
Ese entendimiento a l que usted hace referncia entre las partes (Mercado) no existe fuera del mundo occidental, mas alla de las fronteras del mundo libre, estan los conceptos arcaicos, la explotacion, las injusticias sociales, las dictaduras mas sanguinarias que jamas ha conocido la historia.
Mis felicitaciones, señor Rafa.
Estas reflexiones le emnvitan a uno a ver ciertos aspectos de su vida que quizas abandono hace largo tiempo o quizas simplemente le sistematizaron una especia de amnesia.
Un gran saludo de Michel.